El
ambiente facilitador de la creatividad
El proceso constructivo
del ambiente va a depender del facilitador ya que el aportar formación,
experiencia, iniciativas, esfuerzo, dedicación, empuje, creatividad, respeto
mutuo y su decisivo interés en crear un ambiente muy creativo personalizado,
cordial y sinérgico en el cual atenderá debidamente a las necesidades de los
niños y niñas, podrá lograr que los niños(as) se sientan cómodos en la práctica
de su aprendizaje y lograr que este sea significativo para ellos, trabajando
todos unidos para lograr las metas de cada uno(a).
Por ejemplo el hombre es un cuerpo en el espacio y alberga espacios en su
cuerpo. Todo es movimiento en el espacio. El hombre crea símbolos, objetos y
espacios, para sí mismo, para su goce estético, para su intercomunicación e
interacción. El ser humano es un ser social en un contexto físico.
De
esta manera se clasifica tres clases de ambiente:
Ambiente Físico: son los espacios donde se
pueden desarrollar las distintas actividades humanas, donde el niño o la niña
sienta el bienestar, la comodidad y tranquilidad que pueda proporcionar el
espacio físico y así construirle efectiva mente en sus logros de experiencia,
conocimientos, saberes y actitudes propias de un aprendizaje exitoso, se debe
de tomar en cuenta para lograr tener un buen espacio estos deben de estar
bien acondicionado, con buena ventilación, con un espacio libre donde se puedan
trasladar, buen mobiliario, buena iluminación ya sea natural artificial entre
otras cosas.
Ambiente Psicológico: Se refiere al conjunto de
situaciones de carácter psicológico que acompañan las experiencias de
aprendizaje de un grupo de niños y niñas. Los principales protagonistas de
estas experiencias son, fundamentalmente, los niños y los facilitadores.
Busca a que los niños y niñas van a percibir más motivados por adquirir un
nuevo aprendizaje cuando, la temática incluida en el mismo, proporciona
soluciones a sus problemas y satisface sus necesidades e intereses inmediatos o
a mediano plazo, y de esta manera se van a desenvolver a situaciones de la vida
diaria a nuevas experiencias, conocimientos saberes para un buen aprendizaje, y
así requieren durante sus actividades autonomía, interacción y a su propias
toma de decisiones, en consecuencia, el Facilitador debe evitar, en todo
momento, asumir posiciones personalistas, autoritarias y de considerarse como
el único experto en el conocimiento, los saberes y en la conducción personal de
las tareas propias del aprendizaje.
Todo
parece indicar que las diferencias individuales entre las personas, aumentan y
se profundizan con la edad; esto determina que en la Educación deben prevalecer
estrategias que contemplen las diferencias de todos los que conforman el grupo
de Participantes en el que hacer educativo: conductas, temperamentos,
intereses, estilos y caracteres.
Ambiente
Sociocultural: Si se conviene en que la experiencia y vivencias
que el niño tiene en su haber son de importancia primordial, es
necesario considerar ciertos aspectos culturales y de carácter social, en las
correspondientes situaciones de aprendizaje. El término se refiere a las
estructuras sociales y a la cultura que contribuye a caracterizarlas.
Los factores de mayor relevancia que
deben considerarse en la conformación de un Ambiente Sociocultural adecuado a
una interacción andragógica son:
En la Educación del niño es muy
frecuente la existencia de un conjunto muy variado de factores disímiles en la
población estudiantil tales como: edad, raza, etnias, rasgos culturales,
sexo, situación social, condición económica, procedencia, costumbres, ubicación geográfica.
Para lograr un aprendizaje exitoso, los Facilitadores de los niños deben propiciar el ambiente sociocultural, fundamentándolo con criterio holístico sobre las situaciones cotidianas a las cuales se enfrenta el niño; algunos generados por factores culturales, unos determinados por problemas económicos, laborales, de relaciones sociales y de salud, otros de categoría académica y muchos por asuntos legales y familiares.
El papel del docente en la creación de ambientes favorables para el desarrollo
integral del niño y niña.
El
docente debe estar bien preparado en relación a su rol para asumir
la tarea de educar a las nuevas generaciones, y ello
implica no sólo la responsabilidad de transmitir conocimientos básicos
para el preescolar, sino también el compromiso de afianzar en los niños valores
y actitudes necesarios para que puedan vivir y desarrollar sus
potencialidades plenamente, mejorar su calidad
de vida, tomar decisiones fundamentales y continuar
aprendiendo.
El maestro debe interactuar con las instituciones y
los padres de familia en lo que se refiere a las metas de desarrollo
integral del niño. Ser docente de preescolar es tener la
oportunidad de enfrentarse cada día a una caja de
sorpresas: una sonrisa, el llanto, un logro, un interrogante difícil de
responder, situaciones que hacen del ejercicio académico un rol gratificante y un
reto permanente.
De
manera general se puede decir que el educador infantil
desempeña un rol didáctico y de animación, ya que atiende al niño tanto en
aquellas actividades programadas de enseñanza como en las rutinas
diarias y en las de entretenimiento.
Su
rol será el de un organizador que prepara el espacio, los materiales, las
actividades, distribuye el tiempo, adaptando los medios de que dispone el grupo
y a los fines que persigue. Habrá de crear para el niño un ambiente
afectuoso, saludable y de bienestar, en el que se encuentre los estímulos
necesarios para su aprendizaje y para que se sienta cómodo, seguro y alegre.
Su rol es el de un motivador y estimulador del desarrollo en sus
distintas facetas tanto en el plan individual como social. En su rol de
animador ofrecerá al niño acciones que le permitan aprender, pero siempre
motivadoras y fundamentadas en el juego. Motivará al niño para interesarle y
despertar su curiosidad por las cosas. Cooperará con el niño en su
aprendizaje, sin ser dirigista, sin sustituirle en aquellas acciones que
él mismo pueda realizar. Estará atento y no intervendrá con precipitación,
aunque procurará ayudarle siempre que lo necesite.
Por otro lado, habrá de mantener su rol de observador conociendo la manera de
relacionarse los niños, sus reacciones, preferencias, modos de juego,
materiales que más utiliza, zonas que ocupa, en definitiva, se trata conocer al
niño en particular, al grupo y también al medio, de modo que se pueda
modificar sus pautas de actuación y organización de los medios si es
necesario. Debe realizar una observación continua de los múltiples aspectos del
grupo, su evolución, relaciones, necesidades de juegos, etc.
Dentro de su rol deberá procurar estimular el espíritu investigador y
la autonomía del niño. Con sus actividades y el ambiente creado, promoverá la
relación entre los niños mediante actividades compartidas.
Favorecerá en el niño actitudes de respeto, cooperación y libertad, siempre
actitudes positivas. Respetará profundamente al niño, lo que llevará a
un respeto mutuo. Reforzará la confianza del niño, si se
muestra respetuoso con él y no tiene un trato discriminatorio con ninguno de
los que conforman el grupo.
El papel del educador en la Educación
Preescolar o Inicial consiste en lograr que el niño y
la niña aprendan y logren su desarrollo integral. Por ello, facilita
la realización de actividades mediante experiencias significativas, vinculadas
con las necesidades, intereses y potencialidades de los mismos.
Un concepto fundamental que debe manejar el maestro
en su rol de mediador y facilitador es el de la zona de desarrollo
próximo. Se refiere a: "la distancia entre el nivel real de desarrollo
determinado por la capacidad de resolver problemas de forma independiente y
el nivel de desarrollo potencial determinado por la resolución de
problemas con la colaboración de un compañero más capaz o con la guía de un
adulto" (Vigotski, 1.967). Se relaciona con el papel de mediación que
realiza el maestro para llevar al niño y la niña a su nivel de desarrollo
potencial, cuando no es capaz de llegar por sí mismo.
Es el marco físico en el que se
desarrollan las situaciones de aprendizaje de los niños y niñas, éste
proporciona estímulos para el proceso de aprendizaje convirtiéndose en un
poderoso factor educativo.
El aula debe ser un ambiente
estimulante y a la vez tiene que ser limpio y ordenado y debe de trasmitir
seguridad al niño; el conjunto de todo esto estimulará al niño su aprendizaje.
Para lograr seguridad y bienestar conviene encontrar el equilibrio entre
necesidad de estar solo y socialización, tranquilidad y movimiento y
actividades en grupo e individuales.
Se debe cuidar la iluminación y la
oscuridad de cada zona.
La decoración de la clase motivará al niño en el aprendizaje y estos
elementos motivadores deben cambiar en cada curso, además durante el curso es
conveniente que cambiemos de decoración dependiendo del centro de interés que
estemos viendo con los niños/as en ese momento.
La distribución del aula debe facilitar el acceso de los niños y niñas a los objetos y materiales que necesiten...
El material didáctico facilita el desarrollo y aprendizaje de los niños y niñas y su utilización a veces será libre y otras dirigidas.
Cada material debe tener un sitio específico y señalizado para que el niño adquiera autonomía y así asuma pequeñas responsabilidades. Conviene quitar los materiales que sean peligrosos o no necesarios para los niños y las niñas.
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