jueves, 1 de mayo de 2014

El ambiente facilitador de la creatividad: físico, psicológico y social-cultural.

El ambiente facilitador de la creatividad

    El proceso constructivo del ambiente va a depender del facilitador ya que el aportar formación, experiencia, iniciativas, esfuerzo, dedicación, empuje, creatividad, respeto mutuo y su decisivo interés en crear un ambiente muy creativo personalizado, cordial y sinérgico en el cual atenderá debidamente a las necesidades de los niños y niñas, podrá lograr que los niños(as) se sientan cómodos en la práctica de su aprendizaje y lograr que este sea significativo para ellos, trabajando todos unidos para lograr las metas de cada uno(a). 
    Por ejemplo el hombre es un cuerpo en el espacio y alberga espacios en su cuerpo. Todo es movimiento en el espacio. El hombre crea símbolos, objetos y espacios, para sí mismo, para su goce estético, para su intercomunicación e interacción. El ser humano es un ser social en un contexto físico.


De esta manera  se clasifica tres clases de ambiente:

   Ambiente Físico: son los espacios donde se pueden desarrollar las distintas actividades humanas, donde el niño o la niña sienta el bienestar, la comodidad y tranquilidad que pueda proporcionar el espacio físico y así construirle efectiva mente en sus logros de experiencia, conocimientos, saberes y actitudes propias de un aprendizaje exitoso, se debe de tomar en cuenta para lograr tener un buen espacio estos deben de estar  bien acondicionado, con buena ventilación, con un espacio libre donde se puedan trasladar, buen mobiliario, buena iluminación ya sea natural artificial entre otras cosas.




   Ambiente Psicológico: Se refiere al conjunto de situaciones de carácter psicológico que acompañan las experiencias de aprendizaje de un grupo de niños y niñas. Los principales protagonistas de estas experiencias son, fundamentalmente, los niños y los facilitadores.
   Busca a que los niños y niñas van a percibir más motivados por adquirir un nuevo aprendizaje cuando, la temática incluida en el mismo, proporciona soluciones a sus problemas y satisface sus necesidades e intereses inmediatos o a mediano plazo, y de esta manera se van a desenvolver a situaciones de la vida diaria a nuevas experiencias, conocimientos saberes para un buen aprendizaje, y así requieren durante sus actividades autonomía, interacción y a su propias toma de decisiones, en consecuencia, el Facilitador debe evitar, en todo momento, asumir posiciones personalistas, autoritarias y de considerarse como el único experto en el conocimiento, los saberes y en la conducción personal de las tareas propias del aprendizaje.
Todo parece indicar que las diferencias individuales entre las personas, aumentan y se profundizan con la edad; esto determina que en la Educación deben prevalecer estrategias que contemplen las diferencias de todos los que conforman el grupo de Participantes en el que hacer educativo: conductas, temperamentos, intereses, estilos y caracteres.



    Ambiente Sociocultural: Si se conviene en que la experiencia y vivencias que el niño tiene en su haber son de importancia primordial, es necesario considerar ciertos aspectos culturales y de carácter social, en las correspondientes situaciones de aprendizaje. El término se refiere a las estructuras sociales y a la cultura que contribuye a caracterizarlas.
    Los factores de mayor relevancia que deben considerarse en la conformación de un Ambiente Sociocultural adecuado a una interacción andragógica son:
   En la Educación del niño es muy frecuente la existencia de un conjunto muy variado de factores disímiles en la población estudiantil tales como: edad, raza, etnias, rasgos culturales, sexo, situación social, condición económica, procedencia, costumbres, ubicación geográfica.

   Para lograr un aprendizaje exitoso, los Facilitadores de los niños deben propiciar el ambiente sociocultural, fundamentándolo con criterio holístico sobre las situaciones cotidianas a las cuales se enfrenta el niño; algunos generados por factores culturales, unos determinados por problemas económicos, laborales, de relaciones sociales y de salud, otros de categoría académica y muchos por asuntos legales y familiares.


El papel del docente en la creación de ambientes favorables para el desarrollo integral del niño y niña. 


   El docente debe estar bien preparado en relación a su rol para asumir la tarea de educar a las nuevas generaciones, y ello implica no sólo la responsabilidad de transmitir conocimientos básicos para el preescolar, sino también el compromiso de afianzar en los niños valores y actitudes necesarios para que puedan vivir y desarrollar sus potencialidades plenamente, mejorar su calidad de vida, tomar decisiones fundamentales y continuar aprendiendo. 

   El maestro debe interactuar con las instituciones y los padres de familia en lo que se refiere a las metas de desarrollo integral del niño. Ser docente de preescolar es tener la oportunidad de enfrentarse cada día a una caja de sorpresas: una sonrisa, el llanto, un logro, un interrogante difícil de responder, situaciones que hacen del ejercicio  académico un rol gratificante y un reto permanente. 

De manera general se puede decir que el educador infantil desempeña un rol didáctico y de animación, ya que atiende al niño tanto en aquellas actividades programadas de enseñanza como en las rutinas diarias y en las de entretenimiento.
Su rol será el de un organizador que prepara el espacio, los materiales, las actividades, distribuye el tiempo, adaptando los medios de que dispone el grupo y a los fines que persigue. Habrá de crear para el niño un ambiente afectuoso, saludable y de bienestar, en el que se encuentre los estímulos necesarios para su aprendizaje y para que se sienta cómodo, seguro y alegre.

   Su rol es el de un motivador y estimulador del desarrollo en sus distintas facetas tanto en el plan individual como social. En su rol de animador ofrecerá al niño acciones que le permitan aprender, pero siempre motivadoras y fundamentadas en el juego. Motivará al niño para interesarle y despertar su curiosidad por las cosas. Cooperará con el niño en su aprendizaje, sin ser dirigista, sin sustituirle en aquellas acciones que él mismo pueda realizar. Estará atento y no intervendrá con precipitación, aunque procurará ayudarle siempre que lo necesite.
   
   Por otro lado, habrá de mantener su rol de observador conociendo la manera de relacionarse los niños, sus reacciones, preferencias, modos de juego, materiales que más utiliza, zonas que ocupa, en definitiva, se trata conocer al niño en particular, al grupo y también al medio, de modo que se pueda modificar sus pautas de actuación y organización de los medios si es necesario. Debe realizar una observación continua de los múltiples aspectos del grupo, su evolución, relaciones, necesidades de juegos, etc.
   
   Dentro de su rol deberá procurar estimular el espíritu investigador y la autonomía del niño. Con sus actividades y el ambiente creado, promoverá la relación entre los niños mediante actividades compartidas.
   


   Favorecerá en el niño actitudes de respeto, cooperación y libertad, siempre actitudes positivas. Respetará profundamente al niño, lo que llevará a un respeto mutuo. Reforzará la confianza del niño, si se muestra respetuoso con él y no tiene un trato discriminatorio con ninguno de los que conforman el grupo.

   El papel del educador en la Educación Preescolar o Inicial consiste en lograr que el niño y la niña aprendan y logren su desarrollo integral. Por ello, facilita la realización de actividades mediante experiencias significativas, vinculadas con las necesidades, intereses y potencialidades de los mismos.
   
Un concepto fundamental que debe manejar el maestro en su rol de mediador y facilitador es el de la zona de desarrollo próximo. Se refiere a: "la distancia entre el nivel real de desarrollo determinado por la capacidad de resolver problemas de forma independiente y el nivel de desarrollo potencial determinado por la resolución de problemas con la colaboración de un compañero más capaz o con la guía de un adulto" (Vigotski, 1.967). Se relaciona con el papel de mediación que realiza el maestro para llevar al niño y la niña a su nivel de desarrollo potencial, cuando no es capaz de llegar por sí mismo.

    Es el marco físico en el que se desarrollan las situaciones de aprendizaje de los niños y niñas, éste proporciona estímulos para el proceso de aprendizaje convirtiéndose en un poderoso factor educativo.

   El aula debe ser un ambiente estimulante y a la vez tiene que ser limpio y ordenado y debe de trasmitir seguridad al niño; el conjunto de todo esto estimulará al niño su aprendizaje. Para lograr seguridad y bienestar conviene encontrar el equilibrio entre necesidad de estar solo y socialización, tranquilidad y movimiento y actividades en grupo e individuales.

   Se debe cuidar la iluminación y la oscuridad de cada zona.

  La decoración de la clase motivará al niño en el aprendizaje y estos elementos motivadores deben cambiar en cada curso, además durante el curso es conveniente que cambiemos de decoración dependiendo del centro de interés que estemos viendo con los niños/as en ese momento.

   La distribución del aula debe facilitar el acceso de los niños y niñas a los objetos y materiales que necesiten...

   El material didáctico facilita el desarrollo y aprendizaje de los niños y niñas y su utilización a veces será libre y otras dirigidas. 

   Cada material debe tener un sitio específico y señalizado para que el niño adquiera autonomía y así asuma pequeñas responsabilidades. Conviene quitar los materiales que sean peligrosos o no necesarios para los niños y las niñas.


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