jueves, 1 de mayo de 2014

El Papel del Docente en la creación de Ambientes favorables para el Desarrollo Integral de los niños y niñas.
Es muy importante analizar cómo se organiza el ambiente de aprendizaje en el que van a crecer y desarrollarse los niños y las niñas, en tanto este representa la concreción de la labor educativa (Zabalza: 2001). El término ambiente se refiere al conjunto del espacio físico y las relaciones que se establecen en él: los afectos, las relaciones interindividuales entre los niños, niñas, adultos y adultas; y, entre niños, niñas y sociedad en su conjunto; de allí que, la organización del espacio físico, los materiales y el tiempo sean instrumentos básicos que poseen el docente y la docente para concretar las acciones pedagógicas en los Centros de Educación Inicial Bolivarianos.
Según Daniel Raichvarg (1994), la palabra "ambiente" data de 1921, y fue introducida por los geógrafos que consideraban que la palabra "medio" era insuficiente para dar cuenta de la acción de los seres humanos sobre su medio. El ambiente se deriva de la interacción del hombre con el entorno natural que lo rodea. Se trata de una concepción activa que involucra al ser humano y, por tanto, involucra acciones pedagógicas en las que quienes aprenden están en condiciones de reflexionar sobre su propia acción y sobre las de otros, en relación con el ambiente.
Ambientes de Aprendizajes: En nuestra opinión son aquellos lugares en los cuales se desarrollara un proceso educativo. Los mismos son importantes para poder desarrollar la interactividad y la fase psicomotriz del niño y la niña y pueda aumentar las habilidades, destrezas y oportunidades.  La docente puede organizar los ambientes de aprendizaje a su manera, expresar y crear, armar y construir, experimentar y descubrir, representar e imitar; pero debe hacerlo de una forma que logre captar la atención del niño y la niña para así lograr llegar al aprendizaje significativo en cada espacio y en el tiempo requerido, con las personas necesarias para su proceso evolutivo.
Nombre de los espacios en preescolar:
Armar, desarmar y construir: Es el espacio en la cual se tiene las oportunidades para explorar y manipular diferentes objetos, rompecabezas, cajas, reloj, teléfono, etc.
 






                                                        
Representar e imitar: Aquí se facilita la realización de juegos simbólicos mediante la imitación, dando la oportunidad de reproducir diferentes personajes de cuentos o vida real, cuentos, títeres, mimos, sombreros, reproductor.

 





Experimentar y descubrir: Está diseñado para satisfacer las necesidades de curiosidad de su entorno e incentivar y desarrollar el proceso científico, explorar, sentir, oler, serie numérica, tazas de medidas.
 








Expresar y crear: Se motiva a la conversación y el intercambio oral, logrando la socialización y la convivencia, carteles, pinturas, sentimientos e ideas, dibujos.

 

Espacio libre: Comprende el ambiente exterior destinado al juego libre, el disfrute y esparcimiento incentivándolo a valorar y cuidar el medio que le rodea.
 



Espacio de Necesidades Vitales: Es el espacio que le permite conocer sus necesidades básicas como la alimentación, el sueño, la seguridad.
  
                
El ambiente de aprendizaje está constituido por cuatro dimensiones: física, funcional, temporal y relacional, las cuales están interrelacionadas entre sí.
Los espacios físicos deben ser higiénicos, confortables, amplios, bien diferenciados y de fácil acceso. Cada espacio de trabajo debe ser acogedor, agradable, con buena iluminación, ventilado, seguro, estable y ordenado; organizado en correspondencia con las necesidades, potencialidades e intereses de los niños y las niñas. Es por ello que, la selección de los muebles para los distintos espacios debe estar ligada a la talla y el peso de los niños y las niñas; así como a las características y momentos de su desarrollo. Éstos deben ser cómodos, de buena calidad, resistentes, fáciles de limpiar y de desplazar.
El espacio debe planificarse sobre la base de las oportunidades a ofrecer para que los niños y las niñas puedan representar, imitar, observar, sentir, tocar, oler, explorar, descubrir, manipular, construir, armar, separar, comparar, clasificar, crear y cambiar la forma de los objetos. En fin, debe permitir que los niños y las niñas puedan apreciar experiencias sensoriales gratas; incluso, que puedan realizar pequeñas recetas de cocina.
Un espacio educativo resulta significativo para el desarrollo en la infancia cuando el conjunto de situaciones relacionadas entre sí, en el ambiente de aprendizaje, favorecen la construcción de un nuevo conocimiento y permiten el crecimiento de formas de pensamiento más avanzadas y modalidades más complejas de interacción (Otálora, 2007). Esta constituye, en esencia, la función de la educación en la sociedad.
Por lo tanto, el ambiente de aprendizaje es uno de los elementos importantes de la acción pedagógica en la Educación Inicial, ya que las personas viven y se desarrollan en espacios en los cuales se producen un conjunto de relaciones que se estructuran con gran complejidad.
El niño y la niña se identifican con estos espacios de aprendizaje; ya que lo ven como algo cotidiano y habitual. Se identifican mucho con sus hogares y así podemos afianzar todo el conocimiento que traen de sus hogares (hábitos, normas, valores, costumbres y otros).
La primera consideración es que los niños poseen competencias innatas y las usan para desarrollar nuevas competencias. De acuerdo con algunos autores, los bebés vienen equipados con mecanismos innatos en diferentes dominios de conocimiento, como el social, lingüístico, físico o matemático, que son utilizados para atender y organizar la información que proviene del medio y comprender su realidad (Karmiloff-Smith, 1996; Gelman, 2000). El desarrollo infantil consiste en un proceso de reorganizaciones y transformaciones permanentes de estas y de nuevas competencias, y por lo tanto, requiere escenarios exigentes que revelen los retos del mundo real.


Organización pedagógica de los espacios escolares:
    Criterios de organización pedagógica en la Educación Infantil.
En el artículo 77, los elementos organizativos que adopten los centros en la educación infantil deben contribuir específicamente en:
Ø  Reconocer, facilitar y hacer efectivo  el compromiso de las familias en el proceso educativo de sus hijos.
Ø  Garantizar para cada niño o niña que las situaciones de aprendizaje mantienen viva y estimulan su curiosidad en cuanto a todo lo que le rodea.
Ø  Garantizar a los niños la estabilidad y la regularidad necesarias para facilitarles el aprendizaje.
Ø  Asegurar los seguimientos sistemáticos de las actividades y los proyectos de grupo, y documentar los procesos individuales o de grupos para compartirlos con los niños (as) y las familias.
Ø  Escuchar a los niños (as) atender a cuanto dicen y hacen, y facilitarles la participación en aquellos que les afectan, para desarrollar su autonomía  responsable.
Ø  En la educación infantil, la organización de los ciclos debe garantizar la relación cotidiana con la familia  de cada niño y niña...
Ø  Las organizaciones  adquieren realidad objetiva y estable gracias a la estructura o entramado material, formal y personal en que se apoyan.
Ø  Los espacios dentro de nuestro modelo de escuela hacen referencia no solo al aula sino a todo aquel espacio que sea susceptible de ser utilizado provechosamente. La selección de los espacios así como su organización están  en función de la significatividad de las actividades que nos propongamos realizar junto con los estudiantes.
Ø  El comedor en la gente menuda  es un aspecto educativo muy importante para así obtener una buena alimentación y aplicar el aprendizaje de unos hábitos de higiene, orden, como tomar el cubierto, compartir, masticar bien, sentarse, saber estar y otras más.... Un espacio diferenciado de buenas condiciones, tranquilo y  facilitador de ese momento educativo junto a la imagen de la docente, mejorarían mucho los aprendizajes.
Ø   La noción de espacio nos permite al concepto de aula; lugar de encuentro en donde participan estudiantes y docentes. En términos tradicionales; espacio físico donde se protagoniza  la acción pedagógica-comunicativa.
Ø  En términos virtuales; espacio mediados por la tecnología las cuales hacen a que se presente la ausencia del docente y de los estudiantes, pero que al dislocarlo, los hace confluir no en un lugar físico sino en un lugar informacional.
El estudio de Hernando Romero (1997) presenta un análisis del espacio educativo como parte de la naturaleza de las actividades académicas, administrativas y de proyección social. Expone los campos de desarrollo y cómo se articula en ellos el espacio educativo, la relación existente entre éste y la calidad de la educación y, finalmente, analiza las relaciones de poder que propician los espacios educativos. Según el autor, no todos los espacios físicos son válidos para todos los modelos educativos en la perspectiva de lograr la excelencia académica, por eso el espacio forma parte inherente de la calidad de la educación: los espacios consagran relaciones de poder, tanto en el proceso pedagógico como en el organizacional y de poder gobernativo.
La organización pedagógica no solo puede depender del espacio físico (aula), porque el niño (a) puede lograr tener un aprendizaje significativo en el parque recreándose, en un paseo, en el comedor, en una visita guiada a algún sitio histórico, etc. Además los materiales y las actividades conjuntamente con sus estrategias son las que van a determinar el proceso educativo individual, grupal de los niños y niñas.
En esta organización pedagógica deben incluirse los estudiantes, docentes, madres, padres, representantes, responsables, consejo educativo, consejo comunal, comunidad en general y todo aquel que pueda dar su ayuda a dicho proceso pedagógico en beneficio de los niños y niñas.





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